La televisión es una extensión más del consumo de contenidos de la red: los consumidores no ven la programación lineal, sino contenidos online.
PuroMarketing Durante décadas, el epicentro de ciertas habitaciones del hogar familiar era la televisión. La tele era quien dominaba el salón, quien fue ocupando cada vez posiciones más destacadas en la cocina, quien fue invadiendo los dormitorios y quien parecía ir apareciendo en cada vez más y más escenarios y espacios. La tele estaba en todas partes. Y esto ocurría por una razón básica: la televisión era el epicentro del entretenimiento de todo el mundo y la familia se acababa sentando, de hecho, junta a ver la televisión. No hay más que pensar, por ejemplo, en cómo eran las series de los 90 y cómo compartían tramas a varios niveles, para que así todos los miembros de la familia conectasen con alguna de ellas.
Pero lo cierto es que el dominio de la tele está en riesgo. Cada vez hay más casas que directamente no tienen televisión y donde ya no se la echa en falta y también hay que cada vez más espectadores que directamente no la ven (o no la ven del modo lineal que estábamos acostumbrados a asumir como el ver la tele). Se está produciendo una fractura generacional, como bien saben todos los millennials que no iban a tener televisión en su casa y a quienes sus padres se la acabaron comprando porque cómo no vas a tener tele en tu salón. Posiblemente, escucharon también que sin la tele todo se ve demasiado vacío.
Las estadísticas no paran de dar datos y más datos sobre cómo los millennials ven cada vez menos la televisión. Un estudio de Barlovento sobre los hábitos de los millennials españoles desvelaba que el consumo diario medio de este grupo demográfico era en 70 minutos inferior a la media en España de consumo de la tele. Los millennials tienen por tanto un peso mucho menor que el de otros grupos demográficos en el nicho de mercado de ‘espectadores de televisión’.
Cómo ven la tele los millennials
Incluso, cuando ven la tele, la ven de un modo diferente a lo que la veían otros grupos de consumidores. Solo el 44% de los millennials ve la tele en solitario, frente al 48% de los demás grupos, mientras que el 18,3% la ve en grupo, frente al 14,3% que lo hace en otras edades. Y, si se mira lo que ven en la tele, se puede ver que lo hacen con cosas que no podrían ver en otro escenario. Las emisiones más vistas por los millennials en 2016 fueron, con la excepción que supone un capítulo de La que se avecina, partidos de fútbol.
Entonces, ¿qué ven los millennials y cómo lo ven? Porque, al fin y al cabo, estos consumidores se asocian rápidamente con buenos datos de visionado de algunos de los contenidos que de entrada pertenecen a la tele. Los millennials aman las series y aman especialmente ciertos tipos de contenidos (les gustan por ejemplo las series que tocan temas complejos o que abordan con intenciones ciertas problemáticas, como pudo ser el caso de Making a Murderer).
Pero, aunque aman este tipo de contenidos y los consumen, no quieren consumirlos como se hacía siempre. Ellos son quienes han puesto de moda el binge watching y quienes han impuesto una nueva manera de acercarse a los contenidos. Quieren verlos cuando a ellos les viene bien, como a ellos les interesa (por ejemplo, todo el boom del VOS en los últimos tiempos es culpa suya) y en el lugar y pantalla que les interesa. Y esto no puede darlo la televisión de siempre, sino más bien nuevos formatos de acceso a los contenidos. Para dar respuestas a todo ello apareció (y triunfó) el VoD.
La tele, la pasarela para ver contenidos online
Entonces, ¿qué ocurre con la vieja televisión y qué es lo que hacen los millennials con ella? En realidad, la tele no es más que una pantalla extra para ver lo que han encontrado en internet. De hecho, y como acaba de demostrar un estudio de Google, cada vez empleamos más nuestras pantallas televisivas para ver contenidos que hemos encontrado en la red y que son de internet.
El tiempo que las personas dedican a ver vídeos de YouTube desde sus pantallas de televisión, apuntan en las conclusiones del estudio, ha subido de forma abrumadora en un un año. En el cambio interanual, ha doblado su peso.
De hecho, según sus conclusiones, 2 de cada 3 personas que ven vídeos en YouTube reconoce que también los ha visto en la pantalla de su televisor. Estos contenidos se ven en cualquier momento, pero, como ocurre con los contenidos de la propia televisión, tienen su momento de más actividad durante los picos de audiencia del prime time y durante los días de fin de semana (los días tradicionales en los que más se veía la tele). Cuando se ven vídeos de YouTube en la tele, se ven además muchas más veces en grupo que cuando se ven en otras pantallas.
Y esto demuestra que el comportamiento del consumidor ha cambiado por completo. Los vídeos online ya no son una curiosidad que se ve en el ordenador o en el móvil, sino una pieza más del entretenimiento y una importante. La irrupción de las televisiones inteligentes en el mercado y el hecho de que cada vez más marcas ofrezcan periféricos que pueden convertir la tele en algo inteligente o en un receptor de contenidos vía internet (como es el caso de Chromecast y similares) simplemente hace que esto sea mucho más fácil.